Los colectivos Sin Centro y Blanco Conejo se han reunido en esta muestra para cuestionar el proceder y la posición de los artistas frente al oficio y al trabajo teniendo en cuenta que la gran mayoría del arte se produce al margen de las oficinas y sus horarios convencionales.
          Aunque durante las últimas décadas se han conformado diversos tipos de oficinas en el medio artístico como consecuencia de la profesionalización del artista y la configuración de prácticas en el espacio público. Así pues, cabría preguntarse si el taller del artista se puede equiparar al espacio de la oficina y si contendría las mismas dinámicas de horario y producción.
          Por otro lado, teniendo en cuenta la transformación del papel del artista dentro de la sociedad, sobre todo después de la segunda guerra mundial, es pertinente la pregunta por el artista como trabajador y la incidencia de sus producciones en un sistema económico, pues muchos de los espacios donde se enuncian y trabajan distan mucho del escenario una oficina convencional como la que imaginamos. Las oficinas de los artistas no se pueden definir como un espacio convencional pues algunos son móviles y efímeros: los buses, la cocina y los espacios urbanos. Otros son poéticos y metafóricos; el espacio de una hoja de papel o el espacio de la pintura en donde surgen reflexiones.

​

Fragmento texto curatorial Luisa Roa